
El       hogar de las hadas es, por supuesto un reino escondido. Su situación se       escapa a una localización geográfica, muchas veces se halla en el       horizonte, en la silueta de una isla lejana, o bajo nuestro mundo real, en       los dominios subterráneos. Ha habido épocas en las que se creía que sí       poseía un territorio concreto y físico, aunque móvil.
      Los galeses suponían que se lo podía encontrar en el Norte de su país,       en las regiones montañosas e inaccesibles, y, tiempo después, en la zona       insular oeste, misteriosa y escarpada, de Pembrokeshire. Posteriormente,       se ubicará en una isla situada en el canal Irlandés, la cual se decía,       era vista sólo por los marinos, pero hubo de desaparecer sin explicación.
Sin       dudas, la isla de Hadas más famosa ha sido Avalon, donde fue conducido el       Rey Arturo para ser curado de sus heridas por las cuatro hadas más       poderosas del Reino.
      Los celtas lo llamaron "La Tierra de la Eterna Juventud" o       "Tir-na-Ong", un lugar mítico donde siempre es primavera y los       pesares humanos no tienen cabida, allí fue donde se refugiaron los del       Reino de Dannan antes de la invasión salvaje de los Milesios. 
                                  Los habitantes de los Dominios feéricos se dividen                                    en especies según su hogar natural. Hay grupos                                    que viven en las islas mencionadas, otros en                                    los bosques, en las aguas, etc. Entre estos                                    grupos también se diferencian distintos estilos                                    de vida, ya que algunos viven organizados jerárquicamente                                    como cualquier sociedad (estos son los que residen                                    en las "Colinas Huecas"), y otros                                    son básicamente solitarios e independientes,                                    como los Leprechauns y algunas hadas acuáticas.                                    
Se       ha ubicado el Reino de las Hadas en parajes imaginarios o tan lejanos que       resultaría imposible verlos, aunque la gran mayoría los ha hecho       residentes de ruinas, bosques, y fuentes o cavernas. También existen       historias que refieren a él como un Reino Subacuático, totalmente       invisible.
   
Con       todo esto, lo que podemos saber y tal vez creer, es que están donde ellas       lo deseen, interactuando o no según su antojo, con la raza humana. Para       un hada, las distancias difícilmente resulten impedimento de valor para       sus propósitos. Quizá por eso, nos animemos a decir que, el reino de las       Hadas, está allí donde more quien crea en su existencia...
Las                                    Hadas son muy numerosas, y están clasificadas                                    por especies. Asimismo, todos estos seres mágicos                                    y fantásticos son considerados "Elementales",                                    ya que cada uno de ellos está asociado a un                                    elemento natural, Agua, Aire, Tierra y Fuego.                                    Esta división se ha hecho en virtud de su hábitat                                    natural, y de sus características particulares                                    en cuanto a estilo de vida, origen y costumbres...

Los       espíritus del agua pueden ser hallados en lagos, ríos, estanques,       manantiales, pozos, fuentes, cascadas, y el mar o sus orillas. Aman       especialmente las aguas móviles como las de surgentes y cascadas, pero       todo medio acuático puede ser un buen hogar para estas Hadas. Siempre se       ha creído que detrás de la caída de agua de una catarata o un salto,       están las puertas secretas del Mundo Mágico, Faeryland.
      Se las conoce bajo nombres genéricos muy diferentes ya que lo son, como       las Sirenas, Nereidas, Náyades,... pero no por eso dejan de ser       verdaderas hadas. Cada una de estas clases está integrada por entidades       femeninas y masculinas, contrariamente a lo que se supone y es popular.
Es                                    de sabio ser cuidadoso con los Espíritus del                                    Agua, porque muchos de ellos son traicioneros.                                    Los fantasmales Water Ghosts de Escocia conducen                                    al navegante a una muerte segura, y otra horrible                                    criatura, Jenny Dientes Verdes, acecha en el                                    fondo de estanques umbríos. El monstruo Saltador                                    (Llanhigyn-Y-Dwr) se deleita rompiendo las redes                                    y líneas de los pescadores, al igual que su                                    primo el Ahuizotl, un tormento mejicano, y el                                    Bunyip, una terrible bestia que vive en el fondo                                    de los lagos Australianos.
              
En       aguas saladas, se pueden encontrar Sirenas y Tritones, (hombres-pez),       además de la Gente del Mar, llamada Selchies       o Trasgos, los       que algunas veces se unen en matrimonio con humanos. También entre las       Criaturas de Agua Salada hay personajes malos y buenos.
Algunas       Hadas del Agua son conocidas por ayudar a los pescadores durante las       tormentas, o por ponerlos bajo las olas, mágicamente a salvo hasta que el       cielo es claro otra vez. Hipocampos, Serpientes de Agua, y Lobos Marinos       son otras personalidades con connotaciones mágicas en el entorno       acuático.

Conocidos       en todo el mundo, los relatos e historias folklóricas hablan de diversas       especies de criaturas que viven en lo profundo de la tierra, bajo rocas o       raíces añosas, en colinas y túmulos, en cuevas, huecos o minas       olvidadas. Los Gnomos,       de acuerdo a lo escrito por Paracelso, pueden "nadar" a través       de la tierra sólida igual que un pez lo hace en el agua. En las       tradiciones cabalísticas hebreas, se ha dicho que los gnomos habitan en       el verdadero centro de la Tierra.
      Los Knockers son       una diminuta raza encontrada en minas a través de toda Europa, donde los       mineros pueden descubrir ricas vetas de oro si son cautelosos y oyen los       ruidos de picos y palas sin espantar a los geniecillos.
Antiguas       construcciones de tierra y piedra, como murallas y torres, y en particular       monolitos y monumentos funerarios o rituales, son los lugares favoritos de       las Hadas de Tierra para establecer sus moradas. Las colinas dispersas por       todas las islas Británicas están todas relacionadas de alguna manera con       leyendas y revelaciones del mundo feérico. Los Sidhe       (una raza noble del Reino) viven en los túmulos de los cementerios,       aunque no hay nada diabólico u oscuro en ellos, es simplemente una       elección ritual, relacionada con la mística y la paz de estos lugares. 
Las       Hadas de la Tierra representan la fuerza espiritual y germinadora de la       Naturaleza, reflejando su poder, su permanencia y los ciclos de su       infinita generosidad.
       
       
El                                    fuego es uno de los más venerados fenómenos                                    naturales, y por eso tiene un lugar prominente                                    dentro del folklore de muchos países. Varias                                    figuras mitológicas son conocidas por su cualidad                                    de poder proveer el fuego a la especie humana,                                    por lo común como una personalidad ambivalente,                                    que tanto puede otorgar el calor necesario para                                    la vida, como arrasar por completo con ella                                    si se descontrola o enfurece. Ésta es en definitiva,                                    la cierta naturaleza del fuego, su imprevisibilidad                                    y cambio continuo.
 
En       América, los espíritus del Fuego pueden invocarse y ser honrados con       ofrendas de cedro y tabaco, y los rituales de encendido de fogatas tienen       un papel muy importante en varias ceremonias indígenas de convocatoria de       espíritus o "Spirit-Calling".
